viernes, marzo 03, 2006

Ay porrrrr favooorrr!

A esta altura de mi estadía, estoy en condiciones de afirmar que el exceso de ancianidad en tan poco lugar, sumado a la inexistencia de veredas con el ancho tipo que deberían tener (o sea: el normal, moderno, nacional y lógico) se está transformando en una combinación letal para mi apresurado andar.

[...]
Si el bastón pasó a ser su mejor amigo...
Si el andador se ha convertido en un estilo de vida...
Si está a punto de quebrase la cadera por cuarta vez en el año...
Si es incapaz de alcanzar el límite de velocidad permitido...
Si su vanidad le impide aceptar que ya es hora de canjear esos finos tacos de cuero por unos reconfortantes zapatos ortopédicos...
Si su agilidad es tan sólo un bello recuerdo de los años locos...

corrase señora!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Mi tiempo vale. Mientras usted se dedica a esperar el epílogo de su vida yo tengo una docena de cosas que hacer (como caminar por ejemplo).

Y encima llueve.
En cualquier momento aterrizo en La Gleizer con una colección de paragüas clavados en los ojos.


(Me levanté con acidez...lo lamento. No tengo nada contra la ancianidad, sé perfectamente que algún día también alcanzaré ese dignísimo estado, pero cuando llegue procuraré apartarme del camino de otros).

2 comentarios:

  1. Todos vamos a llegar? Adonde? A la ancianidad? O a uno de los lugares que implica la dichosa docena de actividades?

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  2. Te entiendo perfectamente...nunca viste ese video musical de un flaquito que va cantando por la calle y no se corre del camino nunca, y va golpeando a todos?
    Yo nunca tuve huevos para hacerlo, pero la tentación está...

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