lunes, mayo 22, 2006

El que me prometió alfajores Havanna en el supermercado del Corte Inglés no sólo me mintió descaradamente, sino que además se encargó de hacerme perder más de treinta minutos dando vueltas por todas las góndolas y sin contar el terrible agravante de jugar con los sentimientos y la ilusión de una pobre expatriada que está atravesando un difícil período de gula, antojo y nostalgia.

P.D.: y sí, también me llegaron a inventar su costo, y juro que estaba dispuesta a desprenderme de esos quince euros.

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